3 min read

El otro cuaderno

El otro cuaderno

Jueves, 23 de enero de 2025

Querido Edu,

Hoy el parte es breve,
y me he dado el permiso
de llamar “día de fiesta”
a este jueves sin ti.

Todo sigue igual,
sin sustos,
sin giros de guion.
Lo que en una serie sería un capítulo de relleno,
aquí es un triunfo discreto.
Una victoria callada.

He bajado la guardia.
Solo por hoy.
Me declaro en huelga de preocupaciones.
Me doy un respiro.

Pero, gordo, lo importante aquí, no soy yo.
Eres tú.
Y tu club de fans dentro del hospital.

Te tratan mejor que a un jeque en un spa de lujo.
Te miman.
Te arropan.
Te hablan como si fueras a contestar en cualquier momento.
Como si bastara con que alguien dijera tu nombre
para que volvieras.

Están pendientes de ti
hasta límites que rozan la vigilancia extrema.
Que si un pelo fuera de lugar,
que si un monitor que pita,
que si un milímetro de más
o de menos.

Yo los miro.
Veo cómo te lavan,
cómo te explican lo que hacen
aunque estés dormido.
Cómo te giran con una delicadeza
que no se enseña.
Se tiene.

Y lo único que queda en mí
es gratitud.
Honda.
Sin ruido.

A mí también me cuidan.
Como si fuera una parte de ti.
Me preguntan.
Me animan.
Me abrazan cuando flojeo.
Me arrancan una carcajada si es necesario.
Y a veces pienso que en cualquier momento
me van a poner el uniforme.
Me van a dar turno.

Creo que van a adoptarme.

Leti, Mónica, Sara, AndreaS, June
Jon, Saloa, Susana, Juncal, Raquel,
Aritz, Paula, Eli, Marta, Nerea, Laura...
Y otros nombres que se escurren.
Pero no sus gestos.
Ellos, no.

Un ecosistema en sí mismo.
Una danza suave,
orquestada con ternura.
Una fauna cálida
que se ha unido sin querer
a nuestra misión del diario.

Verás, mientras yo redacto cada día
con letra apretada
nuestras batallas,
nuestras risas y lágrimas,
mis meteduras de pata,
que no son pocas,
ellos también han empezado un cuaderno.
Para ti.
Han cogido boli y papel.
Te escriben mensajes.
Dejan notas,
impresiones,
ecos,
pequeñas crónicas de lo que pasa a tu alrededor
mientras duermes.

No sé qué sembraste.
Pero lo cuidan.
Y a ti, sin remedio.

Te has convertido en un fenómeno literario
sin moverte de la cama.
Y cuando despiertes,
cuando por fin puedas leerlo,
quiero que lo hagas despacio,
con la misma emoción 
que ellos han puesto en cada línea.

Porque además de salvarte el pellejo,
han querido dejar constancia
de cuánto pensaron en ti.
Cuánto apostaron por ti.
Cuánto estuvieron a tu lado.

No solo estás en las mejores manos médicas.
Estás en las mejores manos humanas.

Y eso, mi amor,
eso, es lo único que importa.

Of corsa – B.